jueves, 25 de abril de 2013

Ejercicio 4


Ejercicio 4.
DELE ORDENES AL CEREBRO Seleccionando una opción de respuesta y justificándola.


Continuidad de los parques

Julio Cortázar.

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejo que su mano izquierda acariciara una, otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas, la ilusión novelesca lo gano casi enseguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que mas allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los pies de los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicolazo de una rama, admirablemente restallada ella la sangre con sus besos, pero el rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un dialogo anhelante corría por las paginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo esta decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta el se volvió un instante para verla comer con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los arboles y los setos, hasta distinguir la bruma malva del crepúsculo alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces, el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
Tomado de: Cortázar, Julio. Final del juego, buenos aires: editorial sudamericana    (1956) 1964

63 en el texto, un hombre se encontraba leyendo desde hacía varios días una novela que retorno en dos ocasiones, cuando
A.   Se sentó en su sillón favorito de espalda; a la puerta del estudio y después de dormir un rato.
B.   Acaricio el terciopelo del sillón y después de escribir una carta a su mayordomo en el estudio.
C.   Discutió con su mayordomo un asunto y después de pasear por el parque de los robles.
D.  Regreso en tren a su finca y después de escribir a su apoderado en el estudio.
64 atendiendo a la estructura narrativa del texto, el parque de los robles puede considerarse
A.   Un escenario bucólico que dita al personaje lector de una magia e ilusión novelesca.
B.   Un espacio lindante entre la vida del personaje lector y la ficción novelesca de los amantes.
C.   Un espacio estratégico que permite oponer la realidad del cuento a la realidad de la novela.
D.  Un escenario novelesco en el que se desarrolló la trama de un amor prohibido y furtivo.
65 en el texto, expresiones como”…se dejaba interesar lentamente por la trama…”, “…gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba…”, “…la ilusión novelesca lo gano casi en segunda…” y “…absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes…”, “fue testigo del ultimo encuentro en la cabaña…” …permiten afirmar que el narrador quiere hacer ver al hombre que lee la novela como un ser que
A.   Busca una razón para su existencia dentro de las páginas de la novela.
B.   Se siente atraído por una historia que considera apasionante y escandalosa.
C.   Participa con placer de una historia que sabe lo conducirá a un desenlace fatal.
D.  Se siente atrapado por la dualidad en la que viven los personajes de la novela.

66 en la expresión del texto, “desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada”, las palabras subrayadas especifican en que momento ocurre una secuencia de acciones; por tanto, estas se denominan
A.   Adjetivos calificativos.
B.   Adverbios de modo.
C.   Adverbios determinativos.
D.  Adverbios de tiempo.

67en el texto de Cortázar, el amante de la mujer se caracteriza por ser impetuoso y decidido, porque
A.   En el encuentro en la cabaña del monte le lastimo la cara a la mujer dándole un chicotazo con una rama.
B.   Desde el principio de la narración propuso que debía darle muerte al esposo de la mujer que amaba.
C.   A lo largo del relato se manifiesta su personalidad agresiva y sus ganas de libertad para su pasión amorosa.
D.  Desde el principio de la narración sostuvo un puñal en su mano y sólo lo soltó cuando cometió el crimen.
68 en continuidad de los parques se refleja un pensamiento en el que predomina
A.   La valoración de lo maravilloso como parte de la cotidianidad del ser humano.
B.   La búsqueda incesante de una realidad suprema que supere la cotidianidad.
C.   La importancia de reconocer la tristeza y la alegría como partes constitutivas del espíritu humano.
D.  La necesidad de replantear los sentimientos internos del ser humano que lo conducen a la nostalgia del pasado.
69 la frase atribuida a Maquiavelo “el fin justifica los medios” y el discurso de solano
A.   Se contradicen.
B.   No se relacionan.
C.   Son equivalentes.
D.  Se complementan.
70 en el discurso de solano, la muerte de Lara se ve como
A.   Trágica e inaceptable.
B.   Deseable y productiva.
C.   Necesaria y conveniente.
D.  Vergonzosa y deplorable.
71 se puede afirmar que, en la escena, la actitud de solano respecto a Triana es de
A.   Temor.
B.   Envidia.
C.   Desprecio.
D.  Impotencia.
72 siente a su trabajo, solano se siente como
A.   Una pieza más en la cadena de mando militar.
B.   Un obstáculo para el funcionamiento del ejército.
C.   Un eslabón fundamental en la defensa de la sociedad.
D.  Un mecanismo para descargar las culpas de los demás.
73 aunque el juez le permite no hacerlo, solano responde la pregunta de Triana porque
A.   Cree que la verdad debe exponerse en cualquier situación.
B.   Percibe que la situación y el cargo de Triana lo obligan a hacerlo.
C.   Quiere descargar su indignación por ser cuestionado sin merecerlo.
D.  Considera que es la mejor forma de responder a los ataques de Triana.
74  Según lo relatado en el texto, una de las características principales de solano es la falta de
A.   Respeto a las autoridades.
B.   Control de sus emociones.
C.   Compromiso de su trabajo.
D.  Autoridad sobre sus dirigidos.

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