jueves, 25 de abril de 2013

Ejercicio 2


Novedad y anacronismo de cien años de soledad


El escandaloso éxito de CIEN AÑOS DE SOLEDAD en toda américa latina (cien mil ejemplares en un año) y su aceptación casi unánime por las críticas más exigentes y por el público más general, han impedido hasta cierto punto la consideración de un problema literario que subyace ese éxito: el problema del flagrante anacronismos que representa, desde cierto punto de vista, esta extraordinaria novela.
Porque, en efecto, toda américa latina parece disparada hacia la modernidad, luchando a brazo partido y en todos los campos para salir del subdesarrollo, de su condición colonial, de su oprimente  atmósfera de provincia marginada; cuando en el terreno político como en el cultural el gran esfuerzo de nuestros pueblos está orientado a ejercer la presión más directa sobre los centros dirigentes del mundo actual; cuando el crecimiento caótico pero incontenible de las capitales ha puesto en primer plano el conflicto del hombre enajenado de las grandes ciudades; en ese preciso instante, Gabriel García Márquez capta la atención de lectores y críticos que con un libro a primera vista va a contrapelo de ese movimiento general de contemporaneidad. ¿Cómo explicar este anacronismo no sólo del libro sino del mismo público que lo lee y lo celebra?
A primera vista, CIEN AÑOS DE SOLEDAD retrasa el reloj del tiempo. En un panorama literario que denomina rayuela y paraíso, cambio de piel y tres tristes tigres, García Márquez se da el lujo de contar una historia interminable sobre un pueblo colombiano perdido en  una maraña de selva, montañas y pantanos; de contar su historia poniendo bien claro el acento en la violencia política, en la explotación económica del capital nacional y extranjeros, en el fraude y en el atropello. Temas y motivos bien conocidos de la (aparentemente) difunda  novela de la protesta social que tanto engendro ha suscitado en nuestras Américas. Pero no sólo eso: al contar puntualmente la historia de una familia y sobre todo de uno de sus héroes, el coronel Aureliano Buendía, el notable narrador colombiano parece volver a la novela de anécdota y personajes, la novela fascinada por la aventura, la peripecia, del destino fatal.
Y aún agregarías más: en momentos en que hasta el menor plumífero se siente autorizado a componer complejas y precarias estructuras temporales, García Márquez, con una olímpica indiferencia por la técnica exterior se larga a narrar, con increíble velocidad y aparente inocencia, una historia absolutamente lineal y cronológica, una historia como las de antes: con su principio, su medio y su fin.
Cuántos lectores, a quienes irrita Rayuela y enfurece cambio de piel, no han suspirado, se han distanciado del todo en sus poltronas mientras seguían fascinados el hilo de una narración que jamás pierde impulso ni parece enredarse nunca, y han proclamado que esta sí, esta es la gran novela de América latina: la novela de la tierra, la novela de la protesta, la novela de la anécdota, la novela de la narración que corre sin esfuerzo y no obliga al lector a ninguna sospechosa álgebra.
Tienen razón, y están profundamente equivocados. Porque si bien es cierto que cien años de soledad es apenas para la visón superficial una novela anacrónica, para una mirada profunda, el libros contiene algunas de las novedades más audaces que se hayan ensayado en las letras de este siglo; su anacronismo se presenta como algo novedoso si tenemos en cuenta el panorama literario del momento, Lo que nos lleva a plantear su lectura desde un ángulo muy distinto.
Adaptado de: Rodríguez Monegal, Emir(1982) Gabriel García Márquez. Madrid. Taurus

1. El texto tiene una forma de argumentación que puede llamarse inductiva, porque se recurre a premisas
a.  Particulares para llegar a una conclusión general
b. Generales para llegar a una conclusión particular
c. Generales para llegar a una conclusión general
d. Particulares para legar a una conclusión particular

2. Al inicio del segundo  párrafo del texto, el conector “en efecto”, se emplea para
a. Contradecir un comentario
b. Confirmar una idea planteada
c. Encabezar un juicio de valor
d. Organizar una secuencia

3. Los paréntesis que se presentan en el primero y tercer párrafo del texto, pueden remplazarse, sin cambiar el sentido, por
a. Signos de admiración y/o comillas
b. comas y/o guiones cortos
c. dos puntos y/o signos de admiración
d. comillas y/o comas

4. El texto tiene fundamentalmente la intención de
a. ironizar, porque intenta maximizar el éxito comercial de CIEN AÑOS DE SOLEDAD
b. Motivar, porque intenta incentivar la lectura de ciertas obras literarias representativas
c.  Persuadir, porque busca convencer al lector a cerca del punto vista propuesto
d. Informar, porque quiere dar a conocer el ámbito de la literatura latinoamericana

5. Cuando el autor del texto afirma que hay unos lectores a quienes irrita RAYUELA y enfurece CAMBIO DE PIEL, lo hace con la intención de
a. Explicar por qué las obras de Julio Cortázar y Carlos Fuentes, los escritores más modernos de la literatura latinoamericana, pertenecen a la segunda mitad del siglo XX
b. Definir la manera como el Realismo mágico, presentes en las obras de Cortázar y Fuentes reflejan las creencias populares y la concepción de la realidad, propias del sentir latinoamericano
c. Demostrar que en algunas obras propias del boom latinoamericano se proponen libertades, innovaciones y nuevas técnicas narrativas, que rompen con esquemas tradicionales.
d. Precisar la forma como Cortázar y Carlos Fuentes entraron en la modernidad por el camino que han abierto americanos y europeos de principios de siglo XX, como Joyce y Marcel Proust

6. la expresión “…tienen razón, y están profundamente equivocados…”, que aparece en el último párrafo del texto, es una figura retórica denominada
a. Hipérbaton, porque trastoca y desordena el orden natural sintáctico de la frase, con la intención de destacar una idea
b. Metonimia, porque se designa una idea con el nombre de otra, ya que existe una relación semántica entre ellas
c. Hipérbole, porque es una exageración intencionada cuyo objetivo es plasmar una idea difícil de olvidar
d. Oxímoron, porque armoniza dos conceptos opuestos en una misma expresión, formando así un tercer concepto


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